Pero si algo tienen todos ellos es que las personas que tenían que apostar por no quedarse parados, por avanzar, por no conformarse con lo de siempre simplemente porque funciona, no lo hicieron. Seguramente tenían muchos motivos para hacerlo, y parecía una decisión más que razonable. Podría incluso hacer una lista con algunos de esos motivos para no cambiar:
• Motivos económicos: nada es gratis. Las cosas cuestan dinero, y cuanto mayor es el tamaño y la repercusión de la empresa mayor es el desembolso que hay que hacer. Y es muy fácil decir que “esto me va ayudar” cuando no se está en la posición de quien tiene que pagarlo. Y nadie asegura que esto vaya a funcionar. Hasta aquí todos de acuerdo. Pero sí que tenemos ejemplos de muchas empresas que han invertido en el cambio, en la innovación, en el crecimiento, y han tenido éxito. De hecho, la mayoría de las que lo han hecho y han apostado de verdad por ello lo han conseguido. Con más o menos esfuerzo, antes o después, pero lo han conseguido.
• Motivos asociados al conocimiento de la empresa: nadie conoce la empresa como quien la dirige. Y, por tanto, “nadie va a venir a decirme a mí, que creé esta empresa (o la dirijo, o la heredé) cómo tengo que hacer las cosas”. ¿Te suena esto? Yo lo he oído muchas veces, y cada vez que lo oigo mi sentimiento es de tristeza, sinceramente. Porque sé que, tarde o temprano, en lo personal o en lo profesional, esa persona sufrirá un revés importante. Y será por no haber escuchado o abierto su mente a nuevas ideas y aprendizajes. Si algo me ha enseñado la vida es que se puede aprender mucho de los demás, y eso me ayudará a ser más feliz.
• Motivos operativos: es posible que pueda ayudarme a crecer, pero es demasiado complejo de ejecutar a corto plazo y no quiero alterar ni ralentizar el ritmo de la empresa. “Entiendo que es interesante, pero ahora no es buen momento, no es prioritario”. Esta es otra de las frases “mágicas” de algunos empresarios. Y mi respuesta es siempre la misma: nunca será un buen momento. Dicho de otra manera: siempre es buen momento. Partiendo de la base de que casi todo lo que nos proporciona grandes beneficios o alegrías en la vida requiere de tiempo y/o esfuerzo, mi opinión es que cuanto antes empecemos el camino, antes llegaremos a la meta.